El Viaje
Comienza la aventura
Francia
Willie Nelson: "On the road again"
De la estación de Sants, después de una cola interminable, cogemos un tren de cercanías a Cerbere, ya en Francia. Desembalamos las bicis y a las 5 de la tarde ya estamos on the road.
Mucho calor. Paisaje de viñas y costa, con pequeñas calas. El aire huele a lavanda y cantan las cigarras. Después, la costa se vuelve llana y circulamos entre marismas donde vemos patos y garzas. En las playas practican surf con pequeños parapentes.
Carretera llana y con playas. Niza es como Cannes pero más tranquila y con menos gente. Hay un aeropuerto del que salen jets privados constantemente. Montecarlo nos pareció menos bonita.
Italia
En Italia se termina el glamour. Parece que retrocedemos en el tiempo. Se ven casas en mal estado. La circulación por los pueblos es caótica. En San Remo subimos y bajamos por callejuelas, escaleras y pasadizos intrincados con tiendas en el interior. Tomamos nuestro primer capuchino en Italia. Exquisito.
El material no resiste mas y mis alforjas se rompen. En minutos damos con un "Negocio molto especializado" y compro otras por 20 euros. La gente aquí es amable, familiar y nos sentimos como en casa. Circulan miles de motos a toda leche y en las plazas hay mares de motos aparcadas. Vamos por la Liguria siguiendo la Via Aurelia. En Savonna hacemos un alto para comer y bañarnos en la playa. Pensamos llegar a Génova pero los percances y el calor nos retrasan. Nos quedamos a 15 km., en Arenzano.
El camping es abigarrado y ruidoso, rodeado por la carretera, un puente y la vía del tren. La gente habla a gritos y la calidad de los servicios es notablemente mas baja que en Francia.
Génova, ciudad muy grande, larga, estirada a lo largo de la costa, descuidada, con tráfico agobiante, inhóspita para los cicloturistas. Hacemos una visita breve a la zona portuaria. A continuación una etapa de subidas y bajadas continuas que discurre por pueblos pesqueros, ahora turísticos.
Bajando hacia Avegna se rompe un radio de la rueda trasera de mi bici, que reparamos en seguida en un taller. Aprovechamos para comer y descansar a la hora de la siesta.
Pasado Rapallo, afrontamos el terrible puerto del Bracco. Desde la cumbre, entre bosques, se vislumbran cimas blancas con rocas de mármol. Después de una fuerte bajada encontramos un camping montañero, rodeado de árboles, donde paramos a dormir.
Hasta el momento esta es la etapa más fuerte que hemos hecho en nuestros viajes, exceptuando la Sevilla-Gibraltar.
Salimos del camping con mucho frío. Esta zona nos recuerda un poco la comarca del Ribeiro en Ourense, con sus valles cerrados. La Spezia es un puerto importante y extenso. En la salida paramos a dar el primer lavado del viaje a las bicis y ponerle aceite limpio. En Carrara pasamos junto a las canteras de mármol, y hacia Pisa el termómetro de la bici marca 38 grados. El aire nos quema la cara.
En Pisa alucinamos en la Piazza del Duomo, frente a la torre inclinada. Después de comer y arreglar un pinchazo, continuamos hasta el precioso pueblo amurallado de Luca, donde tomamos un helado en la Piazza de San Miguel y al atardecer ponemos rumbo a Firenze. Anocheciendo encontramos el camping Belsito, situado en lo alto de una colina, donde nos quedamos a dormir.
Il Duomo de Pisa
Luca
Compramos fruta en el mercado antiguo. Encontramos sitio en el camping más cercano, con vistas panorámicas sobre la ciudad.
Por la tarde paseo, relax y ciber. El calor no se aguanta. Para cenar: pollo asado y pan de aldea. Por la noche nos acribillan los mosquitos; hay una plaga en Italia; el Aután es inútil .
Por la tarde reanudamos la etapa hasta Ravenna; allí hacemos una rápida visita a la zona histórica y continuamos hasta el camping de Marina Romea. Para finalizar, un baño crepuscular en las cálidas y saladas aguas del Adriático. En el cielo brilla la luna nueva. Después de la cena, unas birras para alegrar la noche.
Venecia. En la piscina
Paseamos por el Puente de Rialto hasta la Piazza de San Marco. Luego por la Academia hasta la Chiesa de la Salute. Por el camino nos paramos continuamente en los escaparates de las tiendas de máscaras y antigüedades. Filmamos algún video para poner en el blog. Visitamos una exposición de instrumentos antiguos de la época de Vivaldi y asistimos a un expectáculo audiovisual de un artista neozelandés. Compramos recuerdos.
Etapa llana, por el Véneto. Como contraste a la belleza de Venecia, las tierras que la rodean carecen de vistosidad. Mares de alfalfa o maíz transgénico aparecen en todas direcciones.
Pero en Goritzia el paisaje se vuelve más verde y las casas toman un aspecto nórdico. Llegando a Monfalcone cruzamos el primer río con aguas transparentes que vemos en nuestro viaje.
Terminamos en un megacamping, junto a una decepcionante playa que solo cubre hasta las rodillas. Por la noche, ataque total de mosquitos y una pregunta: ¿Por que no hablan español si aquí no se escucha más que música española?
Eslovenia
Tres países en un día
"Don´t think twice it´s all right" (Dylan)
Atravesamos la montañosa y verde Eslovenia, donde los bosques son frondosos e interminables. Las casas pulcras. Al pasar por las aldeas huele a salchichas asadas.
Entrar en Rijeka es como retroceder bastantes años en el tiempo. El nivel de vida es un poco más bajo y todo es mas barato.
Poco después de Rijeka, paramos en un animado camping al lado del mar. Baño en las cálidas aguas y cena nocturna junto al mar. De noche hay gente nadando y pescando. Se acabaron la humedad y la plaga de mosquitos de la costa italiana.
Croacia
Llegamos a Senj muy temprano. Aunque hemos recorrido tan solo 50 kms, decidimos quedarnos, porque mañana intentaremos visitar el parque natural de los lagos de Plitvicka, a 100 km. de aquí. Pasado mañana reanudaremos nuestro itinerario por la costa. El camping, pequeño y familiar, está situado mucho más abajo que la carretera, en una preciosa cala de aguas transparentes.
Martes 24 de julio
Visita a los lagos de Plitvice.
Dejamos las bicis guardadas en la estación de Senj. Un autobús nos lleva
durante una hora por montañas de bosques interminables. Luego pasamos a
una especie de microbús. Por el camino nos llaman la atención los
impactos de las balas en muchas casas. Algunas permanecen quemadas desde
la guerra. Despues de otra hora llegamos al parque.
-¿Cuánto dura la otra parte del recorrido?- preguntamos
Celso y yo, coincidimos en que es el paraje natural más bonito que hemos visto. Una serie de lagos unidos por cascadas, con vegetación exhuberante y aguas que cambian del azul intenso al verde, según la zona. Una auténtica maravilla.
Miércoles 25 de julio
Un fuerte viento en contra toda la mañana nos dificulta el avance. Estamos extenuados. Alguna ráfaga me obliga a bajar de la bici cruzando un puente. Me duelen los brazos de sujetar el manillar.
En Zadar visitamos el casco historico y en el camping, como ya es costumbre, baño crepuscular con puesta de sol incluida.
Una mala indicación nos mete a una montañosa carretera por el interior sin posibilidad de conseguir agua. Al final tenemos la compensación de la mejor panorámica de la costa croata que se pueda tener. Recomendamos a los viajeros que no se la pierdan.
Descenso a Trogir con el tiempo justo para la buscar una cabina telefónica para la entrevista en la radio. Nos preguntan que es lo mas divertido del viaje:
-Esto es muy duro, my friend; aquí hay que darle mucha caña, pero aún nos queda tiempo para visitar sitios-
Trogir
Vista de Trogir
Viernes 27 de julio
Etapa 18. Trogir-Split-Makarska-Zivogosce. 120km.
De Trogir nos vamos a Split, la mayor ciudad de la costa croata. Los
pedales de mi bici están en las últimas y necesito repararlos. Allí se
encuentra el único taller de bicis de esta parte del país, y es que en
Croacia no practican el ciclismo. Solo hemos visto dos tíos en bici
desde que estamos aquí.
-Can you have a look at my bike? The pedals makes very noise.
-My friend, you have to change the pedals for a new ones. I have ones like these here.
-And What do you think of my wheel?...
Decido comprar una cubierta nueva y llevarla por si necesitamos cambiarla. También compramos cámaras de repuesto y un culote.
Fue una pena que no compráramos radios, segun veremos más adelante.
En Makarska, Celso rompe un radio en la rueda trasera, por lo que hay que desmontar los piñones para sustituirlo. El problema es:¿en donde?. Después de lidar toda la tarde, damos con Marce. En su casa tiene la herramienta para desmontar, aunque no tiene rádios; pero llevamos nosotros.
En este paisaje kárstico no hay ríos, pero hoy cruzamos uno: el Neretva. Me vienen a la memoria las dolinas, poljes, ponors, y otros nombres estudiados en geografia. A nuestra izquierda una imponente muralla rocosa nos recuerda los Picos de Europa. A la derecha el mar y las islas. A veces, la carretera asciende y las vistas son impresionantes (ver foto de carretera por la costa).
Muy bien reconstruída después de la guerra de los balcanes, Dubrovnik es la perla del adriático. Una ciudad que merece un día completo de visita.
Desde el puerto de la ciudad antigua vemos , altisíma, la carretera que mañana nos llevará hacia lo desconocido: Montenegro, Albania y las montañas de Macedonia; lugares de los que poco se oye hablar. Ya no hay vuelta atrás. Si tuviesemos algún problema sería más facil o más corto tirar hacia Estambul.
Cuando me veo en el espejo no me reconozco. Debo haber bajado unos cinco kilos; quizás más. Celso, en cambio, está como siempre.
Lo que mas nos preocupa en este momento, es el tema de los talleres y las piezas de repuesto. Ahora nos arrepentimos de no traer herramientas, pero, ¿quien iba a pensar que sería así? En nuestros viajes siempre hemos arriesgado llevando lo mínimo. A ver si hay suerte.