Tenemos siete días de relax y descanso, vısıtando los lugares pıntorescos de la cıudad. Celso se esta
hacıendo un experto en regatear con los vendedores de alfombras en el Gran Bazar -despues de un prımer escaldado- aunque todavía no hemos vısto una maleta lo sufıcıentemente grande para llevar las bıcıs en el avión.
En el Tulip Wooden House ( ahora se llama Anzac Wooden House ) conocemos a viajeros de diversas partes del mundo, como Marina, una domınıcana que, aconsejada por una amıga, se gastó todo su dınero para venır aquí a trabajar (???). Obvıamente no encuentra nada porque no habla inglés. No tıene nı ıdea en que parte del mundo está. Nos pregunta sı Barcelona está cerca de aquıí y nos pıde que la llevemos con nosotros para España. Le damos la dıreccıón de la Torre Gálata donde hay una española que vıve aquí desde hace años, a ver sı la puede ayudar. Ekho, una chıca de Taıwan, vıaja sola en bıcı por Europa y ahora se dırıge, por Anatolia, Siria, Jordania e Israel hasta Egipto. La fábrıca de bıcıs Gıant le ha regalado la bıcı para hacer el vıaje. Le pedımos que a la vuelta les hable de nosotros para que nos patrocınen en la próxima aventura
Khaled Mouzanar: "Kanun"
El Gran Bazar
Bazar Egipcio
En Francia, los erizos, que nos visitaban por las noches mientras dormíamos, husmeando a nuestro alrededor. En Italia, los mosquitos, que nos acribillaban brazos y piernas con sus picaduras. En Eslovenia, los cerdos, que eran asados enteros en todos los pueblos e inundaban el aire con su aroma. En Croacia, los peces, que poblaban los lagos por millares. En Albania, los burros, tirando de carros en los que el conductor iba de pie como los aurigas en los circos romanos. En Macedonia, los osos, que nunca se dejaron ver. En Grecia no van a ser las tortugas que encontrábamos en las carreteras sinó los abundantísimos y enormes perros de presa que la mayoría de los griegos poseen y que nos perseguían amenazantes provocándonos continuos sobresaltos.
En Istanbul, los animales representativos, los reyes de la ciudad, son los gatos.
Esto dice mucho sobre las personas que viven aquí. Desde el hotel pudimos observar a un hombre en su humilde casa que después de levantarse por las mañanas lo primero que hacía era poner en el alfeizar de la ventana alpiste para los pájaros.
Jueves 16 de Agosto 2007
Último día en Istanbul.
Hoy es
nuestro último día en Estambul. Cogemos un barco de línea regular que recorre el
estrecho del Bósforo,
parando en varios puertos. En las orillas van pasando las mezquitas, los
palacios de veraneo de los sultanes y hermosas mansiones antiguas de madera,
llamadas "yalis", situadas entre frondosos bosques.
Después de dos horas
llegamos a Anadolu Kavagi, pueblo de pescadores, en el extremo norte del
estrecho (en Asia), donde comienza el Mar Negro, más lejano que Estambul. En lo
alto de una colina hay un castillo en ruinas. Trepamos por las murallas de la
torre con la vana esperanza de divisar las costas de Rusia. El tráfico de
grandes cargueros es incesante en las dos dirrecciones.
Al bajar nos bañamos
en estas aguas tan azules y comemos unos pescados fritos en el puerto. El
regreso, al atardecer, es melancólico.
Ya en Eminonu cruzamos el Bazar
Egipcio y subimos hasta la Mezquita de Suleiman. En el Gran Bazaar gastamos
nuestras últimas liras. Ya de noche nos despedimos de los amigos en el hotel.
Luego somos bien acogidos en un restaurante musulmán y terminamos la noche con
un té junto a la Mezquita Azul mientras escuchamos canciones dulces acompañadas
del salterio. Un derviche baila realizando
giros eternos.
En la hora del sueño, como me sucede siempre en estos casos,
siento una ligera opresión en el pecho. Una lágrima quiere resbalar por la
mejilla. Echaremos de menos los regateos interminables en el Gran Bazaar, los
días en el singular "Tulip Wooden House", donde los dueños pasan las noches de
fiesta corriendo arriba y abajo por el hotel (atendido a veces por los propios
huéspedes), los viajeros solitarios y entrañables que conocimos.
Y es que
esta maravillosa ciudad, donde cada uno encuentra su sitio, tiene algo mágico
que te atrapa y te hace volver.
Película: "Uzak" (Lejano) de
Nuri Bilge Ceylan. 2002.
Al final del Bósforo, el Mar Negro
Derviche en
Sultanahmet
Pasarán dos años hasta nuestro siguiente viaje en bici:
1 comentario:
Que chulo este post
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